miércoles, 12 de mayo de 2010

12 DE MAYO. MAL DE MUCHOS CONSUELO DE TONTOS

Qué difícil en esta ocasión hacer un balance positivo. La maniobra del optimista, frente a los cristales rotos de lo que en su día fue la vidriera colorida de las ilusiones, consiste en embellecer la realidad, procurar minimizar y olvidar lo malo y aferrarse a lo bueno, pero entonces no estaría mostrando el verdadero balance, más bien estaría resaltando aquellas partes del mosaico que más le interesan .

En esta ocasión, he procurado declinarme en lo que para mí ha sido un placer, primero por mi exagerado punto de vista que seguro no refleja la realidad, además resulta cansino y segundo, porque me siento incapaz ante lo que considero un fracaso, pero nadie aquí quiere escribir.

Con otro ánimo me habría enfrentado a este cuaderno de haber coronado. Me lo había imaginado cientos de veces, cuando corría para entrenar; me veía orgulloso, con lágrimas de alegría en los ojos, dando los últimos pasos hasta llegar a la cima de esta montaña; me veía entregando la cámara de fotos a mis compañeros para que eternizasen el momento, sobre mí, el cielo azul del Himalaya, al fondo el Everest y en el centro, yo, una persona más que consigue vivir un experiencia que le hace llorar de plenitud; entonces apretaba la carrera siendo consciente de que para conseguir mi sueño tenía que sufrir mucho.

Hoy las lágrimas figuradas son de tristeza, no corren por nuestras mejillas, pero si reflejan una realidad, lo que no ha pasado. Si he de ser sincero, tengo que reconocer que estaba convencido de que esta era la ocasión, por lo que creo que hemos perdido una valiosa oportunidad; no hemos sido capaces de superar las inclemencias del tiempo; de los veinte días que hemos pasado sobre las faldas de esta montaña, no ha llegado ni uno solo bueno y aún así, hemos aclimatado a 6.800 mts.. Los sherpas, a los que pagamos para colocar las cuerdas no han podido hacer su trabajo y la montaña esta sin equipar. Para colmo esta temporada ha sido seca, y superar el glaciar de hielo vivo y cristal resulto duro y trabajoso. A partir de la zona llamada “las bandas amarillas”, e incluso antes, ascender sin cuerdas resulta un suicidio y sobre todo descenderlo. Ha día de hoy nadie ha podido pasar del campo II. Varias expediciones se han marchado, y las que no, caminan esta mañana cabizbajos en busca de sus pertenencias para preparar el retorno. Solo los poderosos americanos, en vista de que el tiempo no mejora han alargado su estancia y han aprovechando esta semana para bajar al pueblo de Tingri y respirar un aire algo menos viciado, pero para eso hace falta tener más tiempo y dinero, “quizás ellos tengan más suerte”.

Como veis poner excusas no se me da nada mal, y aunque todas son verdad, esto no supone ningún alivio, más bien todo lo contrario, me viene a la cabeza eso de “mal de muchos consuelo de tontos”.

domingo, 9 de mayo de 2010

9 DE MAYO. CAMPO BASE 5.700 mts.

Je t'aime papa. I love you dad; y otras parrafadas en francés e inglés, sueltan en el aire, fino y fresco, escritas en banderas de colores, azul, rojo, amarillo, verde y blanco.
Los budistas son oradores por naturaleza y para entrar en estado de meditación, repiten incansablemente mantras que les ayudan a concentrarse "omadipadeum", que no sé que significa. Para no perder su estado de profundo interiorismo se ayudan de collares de cuentas que van pasando con los dedos cada vez que repiten su oración, con una especie de molinos de manos con unas bolas atadas con cuerdas que giran sin cesar, también giran unos cilindros con unas inscripciones, siempre en sentido de las agujas del reloj mientras dan vueltas incansables alrededor de una estupa, pero la manera de rezar que más nos gusta, es una que consiste en colgar unas ristras de banderas desde un mástil hasta el suelo, las banderas tienen escritos dibujos y oraciones que se supone que en contacto con el viento esas oraciones son transportadas a todos los lados del universo.
Caminando despacio por el campo base, no hay otra posibilidad, cerco a un grupo de americanos-canadienses que ya se retiran, me explican que este año el tiempo ha sido terrible, nadie ha pasado del campo III y las cuerdas están sin poner, dicen que ellos lo han intentado de verdad, pero que las previsiones para los próximos días no mejoran, al contrario, al mal tiempo se suman vientos de 70 a 80 km/hora, que su tiempo se ha acabado, este año el Cho Oyu esta intratable; entonces me fijo en la ristra de banderas que flamean sobre su tienda, no una ni dos, sino veinte o treinta, del tamaño algo más grande que un folio, me doy cuenta de que tienen escritos carteles que entiendo más o menos, hay dibujos de niños, eso los entiendo mejor y luego frases en francés y en inglés de sus familiares y amigos, cargadas de mensajes de amor, buenos deseos y alguna oración cristiana. Levanto la cabeza y veo a un apuesto canadiense de ojos azules y melena lisa, con la marca de las gafas grabada en la cara que muestran una larga temporada y aspecto cansado que se disimula a la hora de volver a casas
"This year the cho oyu wins", (este año el cho oyu gana), me sonríe triste, me contagia la tristeza, veo en esas banderas la ilusión de mucho tiempo atrás, nos veo reflejados.
El día 10 salimos para cima, conscientes de que el tiempo no mejora, que los vientos serán terribles y que nadie ha subido antes, que no sabemos el camino y sobre todo que no hay cuerdas, así que lo más fácil es que solo podamos recoger el material depositado en los campos de altura y volver con bien al base, por lo visto "This year the cho oyu wins". Me incorporo para abrir la cremallera de la parte de atrás de mi tienda que me permite ver el Cho Oyu para confirmar, que este escrito se viste de nubes que cruzan veloces y presiento que me dicen "yo también firmo la crónica de hoy".

jueves, 6 de mayo de 2010

5 DE MAYO. CAMPO BASE 5.700 mts.

Si vosotros/as empezáis a estar aburridos/as de que no pase nada, imaginaros nosotros que no tenemos ni tele. Pero es que, esto de hacer un ocho mil, es una guerra de paciencia, que se gana o se pierde en una última batalla, casi siempre fuera de tiempo, que paradoja, verdad?.
Resulta, que después de un mes el próximo día 9, solo hemos subido hasta 6.800 mts,. no esta nada mal, porque hemos cumplido con los pasos de la aclimatación, ahora nos toca esperar el buen tiempo, ya sabéis, el tema de las famosas ventanas.
Las expediciones que habían llegado antes que nosotros, esperaban para mañana día 6 buen tiempo e intentar para ese día hacer cima, por lo que el pasado 1 de mayo subieron a los campos de altura; pero el tiempo, ajeno a las predicciones ha optado por malo, y hoy están todos llegando poco a poco al campo base desgastados por la altura y un tiempo horrible, no han podido colocar los campos III ni más aún, las cuerdas fijas en las bandas amarillas, entre el campo III y cima.
Aquí, nieva pero no cuaja, la temperatura es de +5º, ya se empiezan a oír las palabras, monzón y finis. La lectura positiva es que también los gurús de internet anuncian para el día 10 decente y es nuestra oportunidad y la de los que hoy bajan. Es posible que nos juntemos varios grupos a la vez y a nosotros eso nos conviene, tampoco tendremos más oportunidad, pero con una sola nos va a bastar. De momento ya que estamos en el Tibet, practicaremos esa gran virtud oriental, paciencia.

martes, 4 de mayo de 2010

3 DE MAYO. CAMPO BASE 5.700 mts.

Siempre queda escribir. Es una manera fácil, si tienes papel y boli, de analizar y analizarse. Cabe preguntarse, frente a un folio en blanco, cual es la mejor manera de canalizar el torrente de incertidumbres que nos agitan por dentro. Cabe preguntárselo a uno mismo, y no a los demás, porque fuera no hay respuestas. Las expediciones vecinas, cavilan sus previsiones con frágil información.
-¿vais a dormir al I o al II?
- arriba,
- ¿sabéis algo del tiempo? Estará bueno o hará malo?
- Más o menos.
- ¿cuántos miembros sois en la expedición?
- Varios
Nosotros presumimos que este secretismo absurdo obedece más al puro desconocimiento que al hecho de reservarse información valiosa, porque todo sería más fácil si asumiésemos la ignorancia colectiva.
De los sherpas de nuestro alrededor, ninguno ha subido esta montaña. Dicen que hay uno que con 35 años ha subido doce veces y lo ha intentado tres más, pero nadie tiene claro quien es, tampoco tiene mucha importancia, pero empezamos a ver claro que contamos solo con nosotros mismos.
Y después esta el mundo interior, ese manantial inagotable de cuestiones provocadas por el miedo a lo desconocido y a estas grandes dimensiones. Tenemos el alma un poco encogida y perdón por esta mísera humanidad, pero es que somos pequeños mortales bajo un gigante de 8200 mts.
Dormimos a 5.700 mts. cubiertos por toldos amarillos con temperaturas entre -12º y -15º ; comemos bien, pero sin alegrías; la factura de la altura se paga con la piel seca y la dura aclimatación; aquí hay un 50% de oxígeno menos que en casa; todo esto más las largas distancias desde el campo base, los constantes cambios de tiempo, los días amontonados después de varios repasos al almanaque de la expedición y sobre todo, que estáis muy lejos, borra todo nuestro entusiasmo. Tenemos que rescatar esa esencia que nos ha traído hasta aquí, “La Montaña”, no esta en particular, sino todas. Debemos intentar disfrutar de cada paso, y olvidar los últimos que nos lleven a coronar la cima, que además apenas dependen de nosotros, ¿de que sirve todo nuestro esfuerzo y dinero empleado si ahora no exprimimos el jugo a esta expedición hasta la última gota?. Nosotros solo buscamos un perdurable recuerdo, un paisaje grabado en la retina, y para eso estamos en el sitio perfecto.
Hay, pero que buenos son el papel y el boli!
Con más ganas que nunca, desde la morada de los dioses, un abrazo muy fuerte de los cinco hombres más felices del mundo.

domingo, 2 de mayo de 2010

2 DE MAYO. DESCENSO AL CAMPO BASE

Ayer a las siete de la tarde, las lonas de la tienda de campaña flameaban amenazando con una noche dura… y así ha sido. Siguiendo cada uno con su aclimatación particular, nos encontrábamos repartidos por la montaña. Iñaki dormía en el base, Mikel después de su indisposición subió a dormir al campo I, y Gorka, Txispi y Rubén, compartíamos tienda en el campo II.
Dentro de nuestros sacos nos temíamos lo que iba a pasar, y pasó, la tormenta estalló, no ha habido tregua. El viento ensordecedor acompañado por relámpagos arrancaba los vientos de la tienda, la nieve lo cubría todo por fuera, por supuesto y por dentro, los sacos mojados e imposible cocinar por el viento que entraba por cualquier sitio a pesar de que la tienda estaba cerrada a “cal y canto”. Junto a nuestras tiendas, los rusos y los murcianos se afanan contra el viento en las tiendas de al lado, pero las horas y horas (más de veinte, desde las 13:00 del día 1 a las 10:00 del día 2) van pasando y nuestras espaldas empiezan a quejarse. Amanece, pero el temporal no amaina, nos envalentonamos y con toda la ropa puesta salimos a dar cara al vendaval, los murcianos prefieren otras 24 horas de tormenta, y deciden quedarse hasta mañana, nosotros bajamos. Con las manos heladas rapelamos el serac, después nos guiamos por las cuerdas fijas hasta el campo I, donde Mikel nos aguarda con agua, después de beber un poco, pone la escavadora en marcha y abre huella sobre veinte metros de nieve virgen del campo I al campo base. Cuando llegamos Iñaki nos abraza, - joder, estaba preocupado-, -nosotros también-,.

Lo que nos ha sorprendido, ha sido la montaña en sí, las distancias entre los campos son largas y las pendientes que en otras temporadas son de nieve, esta lo son de hielo vivo. Hemos pagado por la colocación de las cuerdas fijas 28 euros cada uno y la verdad es que del campo I al campo II, la montaña tiene más cuerda de la necesaria pero después… se acabó. Resulta que cobrar han cobrado pero del campo II al III no hay cuerdas, y del III a cima nada, las bandas amarillas, lo peligroso del día de cima, esta sin equipar y para colmo mal tiempo.

En general podríamos decir que todo va según lo previsto, quedan trece días y con pequeñas diferencias todos hemos dormido en altura, por nuestra parte hemos cumplido y la tarea esta muy avanzada; los campos montados y avituallados. Nos ha costado mucho esfuerzo, pero tenemos que estar contentos con el trabajo realizado. Tenemos mucho que agradecer a Pemba, el sherpa de Mikel y Gorka.

Ahora solo queda descansar, que amaine el temporal y cruzar los dedos para que los dos campos de altura no estén destrozados. Por ahora nadie a pasado del campo II y tiempo hay

sábado, 1 de mayo de 2010

1 DE MAYO. LLEGADA AL CAMPO II

Nos encontramos en el campo II, instalado un poco más bajo de lo que pensamos en un principio, a 6.800 mts. Esta mañana salíamos del campo I, cargados con todo lo necesario para montar este segundo campamento: tiendas, sacos, algo de comida,… Comenzamos a ascender por una empinada arista, no muy áerea, hasta llegar al punto más expuesto de la ascensión, una pared de hielo y roca, que si de normal mide entre 20 y 30 mts de altura, esta vez por la falta de nieve parece medir más de 50 mts. Ayudados por el yumar en las cuerdas fijas, conseguimos superar este tramo.

Una vez pasado el segundo serac, nos encontramos en una especie de explanada,(6.800mts.) vemos algunas tiendas más arriba pero hemos decidido no continuar y montar aquí el dos. Nos encontramos bien, cansados por el peso que llevábamos en las mochilas y por el esfuerzo empleado en superar los seracs; estamos contentos porque no tenemos severos problemas con la aclimatación, pasaremos la noche en este campo II, tal y como lo habíamos planeado y mañana, día dos de mayo, dejaremos un pequeño depósito a 7400 mts de altura y descenderemos al campo base, donde daremos por finalizada la fase de aclimatación. Durante un par de días intentaremos recuperar fuerzas, para ya, la próxima vez que pasemos por aquí, sea camino a cima.